“Nosotros buscamos trabajar la dignidad de las personas, porque creemos que hay un mundo mejor y más humano”.
Acompañado de un grupo de psicólogas y colaboradoras, el Padre Raúl Martinez presentó en sociedad laFundación Corazón de Rosa.
Esta entidad se inspira en la vida de Rosa, su madre, una vida de pobreza, dolor, angustia y que terminó de una manera drástica cuando, a los 27 años, decidió interrumpir su último embarazo.
El objetivo de la fundación es darle la posibilidad a familias de bajos recursos a poder insertarse en la sociedad y salir de la situación que viven para no repetir la historia que vivió Rosa, a través de programas de inclusión social.
Su primera meta es adquirir un terreno para la Cooperativa de Reciclaje Recuperarse, para que puedan crear una planta de reciclado y, de esta manera, logren tener su independencia y dignificar su trabajo.
Los bienes y donaciones que reciba la Fundación podrán ser públicos, privados, gubernamentales, particulares y de aquellos que quieran colaborar.
“Mientras esperaba el regreso al Ministerio (sacerdocio) fui conociendo las realidades que vivían estas familias de la calle. Yo andaba como ellos pero con otra realidad, buscaba materiales descartables para poder ayudar a una familia de Tulumba a la cual el intendente les había dado una casa pero no tenían el baño instalado, así comenzó este trabajo”, explicó el sacerdote.
También se refirió a su situación personal con la Iglesia Católica.
“En Deán Funes el ‘ninguneo’, el descrédito, el rumor duele, especialmente de mis hermanos sacerdotes. Estoy acá hace 5 años, 2 años y medio que ejerzo el Ministerio, pero no puedo celebrar misa en Deán Funes como cualquier sacerdote, no se me permite celebrar ningún sacramento. Tiene que venir otro sacerdote de 100 kilómetros para que yo no pueda celebrar. En definitiva, hemos sufrido muchas situaciones que nos han hecho vulnerables”, remarcó Martinez.
COMENTARIO del Plumudo: BENDÍGAME PADRE PECHÚAN !!!!
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
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